Mande? Un tegogolo en el mexaverso..

 Ahora que lo pienso en retrospectiva, la idea de mí viaje a México empezó durante la pandemia. Con la muerte respirandonos en la nuca, me enteré sobre la cultura alrededor de noche de muertos y le pedí a mi amigo Emi que me compartiera su experiencia, yo quiero ir a conocer. En 2022 cuando vi que no lo había organizado, me compré los pasajes y en Marzo 2023 conocí México. En realidad cuando pienso en destinos pendientes nunca había puesto a México, pero era el momento. Recién cuando llegue me di cuenta que estaba en Norte América.

Una semana por la península: conociendo la cultura maya, haciendo snorkeling en el segundo arrefice más grande del mundo, playita con sargazo en el caribe y aguantando los 50°C a puro suero y cenote. En Chichén Itza no había guía en español y así conocí a Fede y su familia que tampoco querían tampoco querían a un mexicano guiándonos en inglés, y gracias a ellos conocí Ik-kill. Agradezco también a 2 familias hermosas que me hicieron sentir en casa: gracias a Adri y les chilangos en Aldea Tulum (incluso los vecinos que me ayudaron) y también a Carlos, su mamá y la bandita LGBTIQ+ de Yucatán.

El plan era esas 2 ciudades y un vuelo a Veracruz a encontrarme con mi amigo. En el aeropuerto me estaban esperando en la troca, todo preparado para llegar al atardecer y jugar con las olas del mar del golfo en el subrealista Mare Nostro. Todo excelentemente preparado, incluso la música, el hotel frente al mar y hasta el antro para la noche. Lo que no esperábamos era que nos negaran la entrada por el olor de nuestras manos... Nos dividieron al grupo pero aún así pudimos atravesar las falsas paredes y pasar a bailar en el otro lado, nos iremos al infierno! Gracias también a Santi, Citla y Tiki por la bienvenida.

La Mariano Escobedo me recibió con lluvias y la vuelta del agua al río. Siempre llueve dicen pero aún así conocí el hermoso Jardín Botánico, Museo de Antropología MAX y la cultura Olmeca, parque Juárez, Los berros, Los lagos, algunos callejones y todo eso siempre acompañado con la deliciosa comida de el gran chef Emi o sus recomendaciones. De comidas y cosas ricas, puedo mencionar la cochinita pibil yucateca, panuchos, salbutes, las gorditas de la Huaca, la torta de El Zorba, las enchiladas soft del Jhony, los tacos Más tacos, las burguers de Sundays, la birra de Tiburón, el café de La pera, los mezcales y la gente linda del Tin Tan, el asado con agua de lluvia, más tacos (con frijoles, huevo salteado con jamón, nopales y tomate) y todos los desayunos, almuerzos y cenas en los que Emi y Fer me enseñaron cómo combinar las frutas, verduras y diversos ingredientes que, con unas tortillas, se convertían en nuestro delicioso alimento.

Sin maíz no hay país, y pienso en el cumple de Fer y el tremendo pozole que hicimos. Imposible no mencionar su familia que me abrió las puertas y me hicieron parte: la abuela Lita y sus hermosas canciones, Marta,  Elizabeth y Raúl que nos recibieron y guiaron por Tuxlas y alrededores.

Popurri de pueblitos mágicos y lugares maravillosos: Xico, Jalcomulco, Roca partida (vía el trópico a Arroyo de Liza), el salto Eyipantla, la posa de los enanos, catemaco y sus tegogolos, el sonidero de DJ Blake, totopos con guacamole improvisados en Antón Lizardo. Y también antes de volverme conocí San Andrés de Ulua, donde en épocas de piratas los españoles trajeron esclavos para romper el arrecife y usar la piedra en la construcción de un fuerte militar.


Como verán no conocí noche de muertos pero por 3 semanas me sumergí en esa hermosa, diversa y rica cultura. Quedaron varias cosas pendientes por allá, pero ya sé que hay mucho por conocer. Tendré que volver en algún momento, a conocer al menos CDMx y Oaxaca que eran parte del posible plan inicial. Pero ahora que conozco el pais ya se van sumando más destinos a los que quiero llegar, o que quiero volver.

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